Servicios Sociales, Infancia y Familia

Programa Esperanza. Adopciones de menores con necesidades especiales

Para que los ciudadanos conozcan la realidad de los niños en situación de desamparo, el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), promueve y realiza esta campaña de sensibilización e información, con el fin de despertar aquellas motivaciones que, fundamentadas sobre principios, ideas y valores de solidaridad y compromiso social, permitan atraer a aquellos ciudadanos que deseen ser padres y madres y formar parte del conjunto de familias adoptivas de niños con necesidades especiales.

En nuestro deseo de ofrecer a los menores protegidos las mejores atenciones posibles, dentro de un núcleo de convivencia familiar estable, necesitamos familias que se ofrezcan para la adopción de niños con necesidades especiales que actualmente están en acogida temporal o internos en centros de protección de menores para encontrarse en situación de abandono, y que tengan una capacidad especial para cuidarlos y quererlos.

En el artículo 25.5 del Decreto 40/2006, se establece el carácter preferente de la tramitación de solicitudes de adopción que hagan constar la disposición de adoptar niños que se encuentren en alguna de las situaciones siguientes:

  1. Reagrupación familiar, porque las personas solicitantes son familiares del menor o de los menores propuestos por adopción, o porque ya tienen adoptado un menor que es familiar del menor en situación de adopción.
  2. Aceptación de grupos de tres o más hermanos.
  3. Aceptación de menores con discapacidades o problemas graves de salud especiales.
  4. Aceptación de menores de más de siete años.
  5. Aceptación de menores con antecedentes clínicos hereditarios de riesgo.
  6. Aceptación de menores con otras necesidades especiales.

¿Cómo acceder?

Se solicitará entrevista personal con un/a técnico/a del equipo de adopciones.

Se valorará principalmente la motivación para hacer una adopción de un menor del Programa Esperanza y las principales circunstancias personales de la familia que se ofrece para realizar esta adopción.

Las personas interesadas a adoptar a un menor del Programa Esperanza tendrán que:

  • Rellenar la solicitud de declaración de idoneidad, así como su ofrecimiento, con la documentación exigida.
  • Asistir obligatoriamente a las sesiones formativas organizadas por la Sección de Adopciones del IMAS.
  • Participar en unas entrevistas de valoración psicosocial, para la obtención del certificado de idoneidad para la adopción.

Datos de contacto:

Estas menores tienen la esperanza de tener una familia

Hermanas nacidas el 2013 y el 2015. Actualmente, se encuentran en acogida temporal con una familia canguro. Han sufrido situaciones de negligencia física y psíquica grave, con secuencias en cuanto a vinculación. La mayor es muy sociable, reflexiva a la vez que activa, le cuesta mostrar sus afectos, se relaciona bien, ha adquirido confianza con ella misma, ha mejorado en el ámbito académico atendida su motivación para aprender y adaptarse a los compañeros, es muy autónoma. La pequeña es risueña, dulce, tranquila, observadora, prudente ante situaciones que no controla, independiente, pero búsqueda al adulto u otros niños para relacionarse, haciendo de mediadora ante los conflictos. Ambas requieren dedicación, seguridad y afecto. En estos momentos, mantienen una visita mensual con la madre y el padre, por separado. Por parte de la familia adoptiva hará falta un alto grado de madurez personal, autocontrol, empatía y apoyo de familia extensa.

Niña nacida el 2012. Actualmente, se encuentra en acogida residencial. Presenta buen estado de salud y de desarrollo físico y cognitivo. Muy cariñosa y amable. Tiene una gran empatía hacia las necesidades de los otros. Le gusta mucho jugar, patinar, hacer excursiones, la naturaleza y los animales, sobre todo los perros. La música, el baile y los animales son canales de expresión emocional importantes para ella. Necesita personas adultas dispuestas a responder a su demanda de atención, que le den seguridad, la cuiden y le ayude a superar las secuelas del maltrato que ha sufrido.